Si no tenéis pistachos, podéis hacer el pesto con piñones, con nueces, o con cualquier fruto seco que os agrade. En cuanto a las hojas, lo usual es albahaca pero también salen muy buenos los pestos hechos con rúcula, perejil o espinacas, por lo que se abre un mundo lleno de posibilidades.
Como cunde bastante, con un medallón de solomillo tendremos bastante. Envolvemos el filete en film plástico de cocina y lo congelamos durante 1 hora y media. Así conseguimos que la carne sea más fácil de manejar para cortar bien en rodajas bien finas.
Con un cortafiambres o con un cuchillo bien afilado cortamos filetitos lo más finos que podamos, distribuyéndolos en un plato. Añadimos pimienta negra, unas escamas de parmesano y unas diez o doce alcaparras.
En el vaso de la batidora ponemos la albahaca los pistachos, el queso rallado y el aceite de oliva, triturando hasta obtener una especie de pasta. Si no tenéis pistachos podéis hacer esta receta con nueces, por ejemplo.
Servimos dos o tres cucharaditas de pesto sobre la carne colocada en el plato y llevamos el resto a la mesa en una salsera aparte, para que cada cual se condimente a su gusto el carpaccio.
Esta receta de carpaccio condimentado con pesto de pistachos es excelente para comenzar una cena. Si acompañáis el carpaccio con un buen pan y una copita de vino, seguro que los contrastes de sabor no se te olvidarán en una buena temporada.
Receta de Directo al Paladar.